«Hay que asegurar que los derechos no sean variables y se apliquen de forma equitativa tanto para locales como para los migrantes»
Hablamos con Bombo N’Dir, activista catalana originaría de Senegal, integrante de la Red de Migración, Género y Desarrollo y presidenta de la Asociación de Mujeres Inmigrantes Subsaharianas (ADIS). El año 2023, recibió la distinción de la Creu de Sant Jordi, por su importante acción social a favor de las mujeres, y especialmente de las mujeres migrantes. Es una histórica militante en nuestro país de la lucha por la igualdad de derechos, el antirracismo y el feminismo decolonial.
En el marco del Día Internacional de las Personas Migrantes, que significa para ti este día y cuáles son los principales desafíos a los cuales todavía se enfrenta la población migrante hoy en día?
Para mí, el Día Internacional de las Personas Migrantes es importante para recordar que la movilidad es un derecho fundamental y que la migración es un fenómeno que existe desde los inicios de la humanidad. Este día es también una oportunidad para visibilizar las reivindicaciones de la comunidad migrante. Además, al coincidir con el mes de diciembre, es un momento en que mucha gente celebra las fiestas con su familia, mientras que nosotros, a menudo lejos de los nuestros, vivimos una experiencia muy diferente que nos genera sufrimiento.
Este día tendría que servir como una jornada de reivindicación, de presentación de propuestas y de seguimiento de las acciones comprometidas el año anterior. En definitiva, es una fecha para dar voz y visibilidad a la comunidad migrante.
Qué importancia tienen las redes comunitarias y el apoyo mutuo en el contexto de la migración y el racismo?
En nuestra entidad, además de trabajar incidiendo en las instituciones, promovemos una acción comunitaria que consideramos parte de nuestro legado cultural y una política de resistencia. Para nosotros, el concepto de comunidad es una manera de entender el mundo basado en la convivencia, la conciencia de los problemas de los otros y el respeto por los derechos humanos y el planeta.
El apoyo comunitario es clave para ayudar las personas migrantes a acceder a necesidades básicas como la vivienda, la sanidad o la educación. Pero también es un espacio para reivindicar derechos: por ejemplo, muchas mujeres trabajadoras del hogar no tienen vacaciones ni condiciones dignas. Nos desplazamos hasta ellas, las escuchamos y empatizamos con sus situaciones para preparar un terreno que pueda acoger mejor a las personas que llegan nuevas.
Qué hay que cambiar en las narrativas actuales sobre la migración y las personas migrantes para avanzar hacia una sociedad más inclusiva y justa?
Cuando llegas a un país donde los servicios públicos tienen estructuras muy rígidas, es difícil encajar si vienes de un contexto cultural diferente. Muchos migrantes contribuimos a la sociedad a través de los impuestos y del trabajo, pero a menudo nos encontramos con servicios que, a pesar de que los valoramos, nos ponen trabas para acceder. El racismo institucional es un gran problema, no solo cuando accedes a servicios públicos, sino incluso a la hora de informar a las personas de su existencia. Por ejemplo, muchas personas no saben qué servicios tienen disponibles o tienen miedo de perder el trabajo o de ser discriminadas si lo preguntan o intentan acceder.
Por esto es necesario incorporar la interseccionalidad y la interculturalidad como competencias esenciales en la formación de los profesionales que atienden migrantes, no como un plus. Cuando explicamos estas carencias, a menudo nos encontramos con respuestas defensivas y comentarios racistas como “Si no te gusta, vuelve a tu país”. Pero me gustaría que la gente entendiera que nuestras reivindicaciones y críticas no son contra las personas que trabajan en las instituciones, sino contra el sistema.
Qué papel pueden jugar las instituciones como el Fons Català de Cooperació en la promoción de iniciativas de género, migración y desarrollo?
El Fons Català es una institución única para nosotros, puesto que trabaja desde los municipios y conoce muy bien la realidad local. Cuando pensamos en iniciar un proyecto, a menudo recurrimos al Fons porque nos ayuda a comprender los requisitos y términos de los proyectos, que a veces nos resultan complejos. Vuestra colaboración es esencial para asegurar que los derechos no son variables y que se aplican de forma equitativa tanto para los locales como para los migrantes.
Es esencial trabajar con las entidades locales y activistas de la diáspora para entender las necesidades y manera de organizarse de las comunidades migrantes. Por ejemplo, nosotros utilizamos de iniciativas como las tontines, que son una forma de ahorro colectivo, que nos permite cubrir las carencias de un sistema que no facilita herramientas para la empoderamiento económico de los colectivos migrantes vulnerables. Iniciativas como esta necesitan apoyo porque nos ayudan a formar a mujeres en economía feminista y derechos. Aun así, estas prácticas no son conocidas y cuando lo son, se consideran un tipo de economía informal, pero la realidad es que son las respuestas que mejor se adaptan a nuestras necesidades.
Qué mensaje transmitirías a las personas que trabajan en migración, género y justicia global?
A las personas que trabajan en este ámbito, les diría que hay que desarrollar capacidades y herramientas desde la interseccionalidad, con humildad y empatía. Estas habilidades son esenciales para garantizar una atención digna y basada en los derechos humanos.
Cuando una persona migra, carga con una mochila de experiencias y un bagaje cultural que puede enriquecer la sociedad de acogida, si esta está dispuesta a aceptarlo. Yo siempre digo que yo ya soy muy adulta y no quiero llevar mi conocimiento a la tumba, lo quiero compartir, pero para compartirlo la sociedad civil tiene que aceptar nuestra participación en esta.
El Día Internacional de las Personas Migrantes tendría que ser un momento para visibilizar las necesidades, proponer soluciones y reivindicar aportaciones para construir una sociedad mejor. Somos personas, somos útiles y la ética y la dignidad nos definen como comunidad.